Me presento
jueves, 18 de agosto de 2011
Schopenhauer
jueves, 21 de abril de 2011
La Ilustración
jueves, 7 de abril de 2011
Las bicicletas son para el verano
- Es una obra de teatro, estrenada el 23 de abril de 1982 en el Teatro Español de Madrid.
- Este autor confesó que su escritura se debe a los deseos de escribir algo que sucediese en la época de su adolescencia. Algo sencillo, cotidiano, en que las situaciones límites, si existían, no lo parecieran.
- La obra presenta y representa la vida de un grupo de personas en el contexto de la guerra civil. El conflicto armado se instaura en el principal protagonista, con algunas de sus fatales manifestaciones y consecuencias
sábado, 2 de abril de 2011
Analítica de lo bello
viernes, 1 de abril de 2011
La locura es la fuente de la sabiduría
Apolo el avieso,
capta la visión
a través del más directo
de los confidentes, la mirada
que conoce todas las cosas.
Las mentiras no las aprehende,
ni dios ni hombre le engaña
con obras ni con designios.
martes, 29 de marzo de 2011
Malestar social y empobrecimiento en el Barroco español
EL MALESTAR SOCIAL Y EMPOBRECIMIENTO DEL PAÍS
«El pueblo español estaba dividido en hijosdalgo y pecheros; es decir, en libertadores y libertados: los hijosdalgo estaban exentos de todo impuesto, y no se les podía quitar por causa de deudas contraídas ni la casa, ni el caballo, ni la armadura, y, por el contrario, los pecheros, la parte trabajadora y agricultora de la nación, tenían que soportar todas las cargas; en cambio, puede decirse que estaban excluidos de ocupar los destinos del Estado. Así se comprende la aversión que poco a poco se fue cobrando al comercio y a la industria; en una palabra, a todo lo que significase algún trabajo, tanto más cuanto que, desde que hubo paz en la Patria, se podía hacer fortuna con mayor rapidez y facilidad en las colonias y en las campañas del exterior, lo que trajo por consecuencia que el lujo fuese creciendo considerablemente. Se procuraba con afán poseer rentas fijas a base de Ingresos Reales, que aseguraban para la sucesión en la persona del Mayorazgo; después, los poseedores de estas rentas se veían elevados a la categoría de nobles, y despreciaban el trabajo que los había encumbrado. Desde que Felipe II erigió a San Lorenzo el grandioso monumento del Escorial, el orgullo de los Grandes y de los ricos consistió en construir conventos igualmente en sus posesiones, y el pueblo, que no tenía probabilidades de poder alcanzar la nobleza, rivalizaba en el deseo de entrar en uno de esos conventos para disfrutar de su vida sosegada, sin trabajo y libre de cuidados. Esta doble aspiración o tendencia hacia la nobleza y hacia la vida del convento; con otras palabras, el deseo de gozar de la vida, fue funesto para la nación, que se iba cada vez más alejando del trabajo.»
Mi lema
Pintura Manierista
- Parmigianino: aunque tiene obras a todo color, he elegido estas tres porque me han parecido de una belleza exquisita:
- Pontormo pintaba sobre todo escenas bíblicas. Me gusta la expresión de dolor que reflejan los rostros:
- De Tintoretto he decidido colgar algunos detalles de su obra, los que pasan desapercibidos pero, sin embargo, son dignos de observar:
- El Greco no podía faltar. Su pintura refleja la desesperanza y el hastío en plena crisis económica y social:
La crisis del Renacimiento: Manierismo
LA CRISIS DEL RENACIMIENTO
«La historia de Occidente es, desde finales de la Edad Media, una historia de crisis. La breves fases de tranquilidad llevan siempre en sí los gérmenes d la disolución subsiguiente. […] El Renacimiento representa, sin duda, una pausa, pero no carente de peligros, y por eso puede decirse que el arte del Manierismo, tan atormentado, tan penetrado de un sentido de crisis, tan vituperado y denunciado por su aparente sinceridad y amaneramiento, es, sin embargo, una expresión mucho más fiel de la efectiva realidad que el clasicismo con su insistente serenidad, armonía y belleza.
Las épocas de crisis suelen definirse como épocas de transición. En realidad, toda época histórica es una época de transición, ya que toda época histórica es un tránsito, ninguna posee fronteras fijas y en todas alienta, no sólo la herencia del pasado, sino también la anticipación del futuro y promesas que nunca llegan a cumplirse. Pero la crisis del Renacimiento, que denominamos Manierismo, es un período de transición en un sentido mucho más estricto que la mayoría de las otras épocas históricas. La crisis del Renacimiento se encuentra apresada entre dos fases relativamente unitarias: entre la estática Edad Media cristiana y la dinámica Edad Moderna de las ciencias naturales. Es una crisis que dirige la mirada, unas veces con altanería y otras con nostalgia, a la Edad Media, de la que se incorpora momentos de inspiración religiosa, así como momentos del pensamiento escolástico y de la estilización artística, que habían sido abandonados por el Renacimiento, mientras que, de otro lado, prepara la visión científica del mundo que había de imperar en los siglos siguientes.»
Hauser, El Manierismo, crisis del Renacimiento, Guadarrama, 1971.